Casita de madera prefabricada, viejo coche en la entrada, porche con mi hamaca, algunas gallinas, algunos gatos y observando el horizonte donde se elevan pequeños tejados mientras el tiempo se pasa y yo le doy de lado.
Detrás de la casa un coche abandonado, enfermo del tiempo envejecido y allí me siento mientras el sol se lleva el color del mundo de la luz, silencio algún coche ruge en la carretera y yo apago la luz que la bombilla da y sin más espero que se agote otro día de arco iris de color y sigo en mi habitación.
Así me paso la vida, meditabundo, entre rostros gastados, sonrisas cansadas y en cada parada le doy un vistazo a la realidad, dejo mi mundo donde me encierro y donde procuro de no ser pajarillo enjaulado, aunque la realidad sea algo mas triste es el único lugar donde puedes comer, todas las noches miro la misma pared y pienso, todo va bien.
lunes, 25 de enero de 2010
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